..."Una Lágrima y una Sonrisa"*

“yo no cambio las tristezas de mi corazón por todas las alegrías de los hombres, ni quiero que las lágrimas que la melancolía hace brotar de mis profundidades, se convierten en risas.

Quiero que mi vida sea siempre una lágrima y una sonrisa: una lágrima que purifique mi corazón y me haga entender los secretos de la vida, y una sonrisa que me acerque a mis semejantes y sea el símbolo de mi glorificación a los dioses.

Sí, quiero que sea una lágrima con que pueda acompañar a los que tienen roto el corazón, y una sonrisa que revele mi alegría con la vida.

Prefiero morir fundido en los deseos que vivir en el tedio.

Quiero que en mis entrañas haya un hambre insaciable por el amor y la belleza, porque siempre he observado que los hombres conformes y satisfechos son los más desgraciados de esta vida, y los más próximos a todo lo material. Y los gemidos de un ser devorado por los deseos, son mucho más gratos a mis oídos que las notas del arpa y el laúd.

Cae la tarde y la flor recoge sus pétalos y duerme abrazada a sus deseos. Y cuando mañana despierta, abre sus labios para recibir los besos del sol, porque la vida de las flores está hecha de deseos e idilios: una lágrima y una sonrisa.

Las aguas del mar se evaporan y ascienden al espacio donde se juntan y se convierten en una nube que navega encima de los valles y de las montañas, y así como se encuentra con una brisa fresca, se deshace en lágrimas sobre el campo, y se une a los arroyos y vuelve al mar, su patria primigenia. La vida de las nubes es un encuentro y una separación: una lágrima y una sonrisa.

Así también el alma se separa del espíritu universal y viaja por el mundo de la materia, y pasa como una nube sobre campos de tristezas y campos de alegrías hasta que se encuentre con los vientos de la muerte. Entonces vuelve adonde antes estaba, al mar del amor y de la belleza, a Dios.”

*de “Una lagrima y una sonrisa”, Gibran.